lunes, 6 de diciembre de 2010

La peor noche de mi vida

Generalmente, cuando escuchaba a mis compañeros de colegio o a los propios amigos de mis padres hablando sobre las peores noches de sus vidas siempre se referían a anécdotas de carretes y cosas varias, anécdotas tipo "Me asaltaron en la avenida del mar" "Estuve toda la noche con la más fea" y ese tipo de cosas pero, en mi caso, es algo absolutamente distinto. Ayer tuve la peor noche de mi vida jamás tenida; haciendo un breve resumen de ella, mi noche consistió en experiencias vomitivas lo suficientemente desagradables como para dejarles constancia en este blog -bastante patético por lo demás- y yo abrazada al váter como una colegiala abraza a su novio de la secundaria.

Lo más malaonda de todo es que ese fatídico dolor de guata no fue el peor de toda mi vida. Más encima me obligaron a faltar y yo quería dar una prueba.

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