miércoles, 9 de febrero de 2011

Lo más difícil son los títulos.

Un miércoles cualquiera. No había hecho educación física excusándome con un dolor de estomago, mi mejor amigo no quiso irse conmigo en la micro y además estaba mareada con pensamientos pendejos post-decepción amorosa. Al fin y al cabo era un día mierda dentro de otro mes mierda en la vida de una güeona mierda pero sin ánimos de dejar de lado la mierda, había decidido irme temprano a casa así que apresuré el paso lo más posible al paradero cruzando los dedos para encontrar una de las escasas y casi siempre repletas C.

Por supuesto no pasó ninguna hasta dentro de media hora cuando, ya media fatigada por el sol creí ver una a lo lejos una con su maltrecho letrero azul. Casi-felicidad. Cuando me subí fui empujando con total desfachatez a cualquier prepúber que se interpusiera entre el deseado asiento y yo mientras el amargado señor micrero comenzaba su recorrido. Y fue ahí cuando entonces me di cuenta de el error. El recorrido no era el mismo que yo conocía, "Ah, quizás hará el recorrido por otro lado... ¿o no?" pensé pero no, resulta que luego caí que fue mi error al confundir los letreros de la C por la 6.

Igual fue lindo, estuve más de una hora mirando por la ventana esperando a que ningún flaite subiera a la micro mientras pasaba por los sectores más, por así decirlo, peligrosos. Después de todo, tampoco tenía algo muy interesante qué hacer y al menos mañana podría llegar contando que superé el colmo de mi propia estupidez y de ser despistada.

2 comentarios:

  1. Creo que le ha sucedido a varia gente conocida jajaja, se fueron directo a las Compañias y tenían que ir en la dirección contraria, a mi casa jajaja

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  2. Si me habías contado esa historia ;'). Una vez yo me fui en la 3 compañías alta y na' que ver po'

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