viernes, 29 de octubre de 2010

Once de julio, dos mil diez

-Hola, oye ¿me podis dar 100 pesos porfa?

Noté que andabai sin zapatillas, sin chaqueta y era de noche, con harto frío, además teniai cara de afligido.

-Em, si, pero ¿qué te pasó?

-Nah. Me asaltaron recién, me quitaron casi todo y ahora no tengo plata ni pa'la micro

-Pucha, que lata... -Revisé mi bolso y la billetera. Tenía los cien pesos y un billete de mil. Ignoré la moneda- Oye, ¿sabis que? sólo tengo luca, vayamos al paradero y ahí vemos que hacer

-Ya, dale...

-¿Qué micro tomai?

-La A

-Ahh, vale, todo bien, yo igual tomo esa, nos embarcamos juntos po'

-Mira, ahí hay una. Rápido, que a esta hora empiezan a andar todos los flaites

Subimos a la micro. Te pagué el pasaje y dudaste sobre si sentarte en los asientos de atrás. Habían unos curaos con pinta de cumas, entonces nos sentamos en los dos asientos de la penúltima fila.

-Cachai que estaba saliendo de la botilleria de allá con una promo de ron que me había pedido mi hermano y aparecieron los flaites... Casi me cago, nunca me habían asaltado

-Y qué onda, ¿te amenazaron con cogotearte?

-No -Miré inquisitiva- bastó con que me miraran de modo medio raro y al tiro caché de que iban a sacar un cuchillo o algo así, entonces les pasé la promo, luego, me miraron más raro aún y al rato me pidieron la chaqueta y las zapatillas, también la plata... Supongo que van a estar felices.

No pude evitar reírme.

1 comentario:

  1. Bien, bien. Comenzando las andadas de cuentos con el último que escribiste en tu antiguo blog?? Genial.

    Ahora otro cuento rait nau!!

    Saludos!!

    ResponderEliminar